ADOLFO Y JUAN SCHLOSSER. DOS VISIONES DEL LAND ART

DEL 16 DE DICIEMBRE DE 2021 AL 21 DE ENERO DE 2022

Esta exposición de padre e hijo es un homenaje al padre, el gran artista de origen austríaco Adolfo Schlosser (1939-2004) y un merecido reconocimiento al hijo, Juan Schlosser (1981), su más estrecho colaborador y más aplicado discípulo durante la última etapa artística del maestro. La mano y la mirada del hijo están en las últimas obras de su padre. Y la huella de su padre está en las fotografías que mostramos en esta exposición.

 

 

La obra pictórica pictórica de Adolfo reunida aquí fue llevada a cabo en España entre 1975 y 1985. Durante esta década, Schlosser se casa y tiene a sus tres hijos, de los cuales Juan es el menor. Es esta una época de felicidad personal y éxito profesional que lleva a este artista a expresarse por medio del color y a desarrollar una obra pictórica vitalista profundamente enraizada en la naturaleza. Los materiales son simples: papel de estraza, cartulina y pigmentos naturales con los que experimenta para crear su propia paleta cromática. En estos papeles plasma los mismos temas que trabaja en su escultura pero desde una perspectiva optimista. Mientras sus esculturas plasman la dureza de su infancia durante la II Guerra Mundial y la posguerra, las pinturas representan el espíritu vitalista que le invade a raíz de la paternidad. Su obra pictórica se llena de color, energía y dinamismo como una celebración de la vida en comunión con la naturaleza. El propio Schlosser mantuvo esta obra fuera de circuitos comerciales por estrategias de mercado: de él se esperaba una obra sin color, dramática y oscura. Montañas, lagos, cielos, playas, insectos, configuran una naturaleza expansiva creada a partir de pinceladas sueltas, libres, magistrales. También de esta etapa son sus mejores autorretratos, con los que redefine su identidad.

 

 

Juan Schlosser comenzó su trabajo a una edad muy temprana, fuertemente motivado por el ambiente artístico que reinaba en su casa. Siendo apenas un adolescente, fue la mano derecha de su padre. Pronto exploró una variedad de expresiones artísticas tales como la escultura, la fotografía y el diseño, que luego se fusionarían en su búsqueda a través del land art. El tema de su obra es siempre el mismo: la naturaleza como energía en todas sus formas y manifestaciones.  Juan observa y reproduce estructuras de geometría sagrada mediante el uso de patrones y formas que se encuentran en la naturaleza. Las obras que pueden verse son en su gran mayoría esculturas efímeras fotografiadas. de su obra Tres árboles, dice: «trato de reflejar cómo todas las estructuras en la naturaleza están relacionadas. Todo parte de un centro y se expande hacia fuera, dividiéndose y multiplicándose. De un centro surgen tres árboles y, a su vez, en cada árbol aparece la estructura de un flor de seis pétalos… Como en la metáfora de la red de indra, en cada una de las partes está contenido el todo y el todo a su vez contiene las partes». Así, inspirándose en las formas naturales y la geometría generativa que impregna todas las cosas, ha desarrollado un lenguaje propio. Con este concepto comenzó a construir instalaciones a gran escala, escenografía para festivales y arquitectura, que le hicieron ganar renombre por mostrar los vastos y diversos beneficios de la ecoarquitectura en una variada gama de esquemas que incluyen complejos turísticos domésticos con conciencia ecológica en Bali, galerías de arte en Europa y festivales de música en todo el mundo.  Durante la última década ha sido una de las figuras centrales en el diseño y creación del lenguaje arquitectónico adoptado por ‘The New Earth Project’. Ha fundado la firma de diseño arquitectónico, Bio Arc, desde la que hoy trabaja la relación entre estructura, forma, geometría sagrada y la dinámica de la energía vital con la intención de continuar y expandir la visión de la bioarquitectura como un medio para redefinir las prácticas arquitectónicas y contribuir a generar una base de diseño científico para crear un sistema arquitectónico regenerativo.